4.7.12

El latir del propio corazón.

Esta mañana estaba tumbada en la cama sin poder dormir, llorando y escuchando música para evadirme, sin ningún resultado, de mis pensamientos negativos. No tenía fuerzas para moverme, ni para abrir los ojos, ni siquiera para respirar.


Por un momento el corazón me latía muy muy despacio y era una sensación nueva que no se explicar. Sentía como si en algún momento fuera a dejar de latir para siempre. Había parado la música y me había quedado con los ojos entreabiertos escuchando el lento boom boom,  sin apenas respirar y sin pensar en nada más que en el sonido que emitía mi propio órgano vital.
Quería que mi corazón dejara de latir para siempre. Pensaba que mi cuerpo lo iba a hacer por si solo y no sufriría.


Al cabo de un rato abrí los ojos del todo y vi que seguía en mi habitación, con los rayos de Sol entrando por la ventana. Seguía tumbada en la cama, en silencio. 

Rota por dentro, viva por fuera.